En Brazos de Él

Secuela de " enbrazosdeelpabloalboran.blogspot.com.es"

sábado, 27 de diciembre de 2014

Capítulo 33: "Patinaje sobre hielo."

Gracias por las 200 visitas en wattpad ^.^ (Nota de autor al final del capítulo)
Este capítulo va dedicado a la chica guapa de ask! Muchas gracias por tus comentarios.

Canción: Life of the party, Shawn Mendes

*Narra Val*

-¿A que ha venido eso?- pregunto cuando Simon deja de besarme. No es lo mismo que besar a Pablo, nada se podrá comparar a besar a Pablo. Pero como Pablo escribió en la carta, tengo vivir la vida, ser feliz.

-Hace tiempo que quería hacerlo- dice, tiene los labios rojos y se pasa la lengua por ellos, junto mis labios con los suyos otra vez. Me siento a horcajadas en su regazo, y me pego mas a él, sin separar mi boca de la suya mientras tiro de sus rizos. No sé que estoy haciendo ni lo que siento, sólo sé que no quiero parar de besarle.

-Guau- dice cuando terminamos de besarnos segundos después, está respirando muy fuerte al igual que yo. Siempre he querido besarte- comenta en mis labios antes de darme otro beso, me bajo de su regazo y me pongo de pie alisando mi camiseta. No sabía que le gustara a Simon de esa forma.

-Creo que me voy a ir, es demasiado tarde- comento después de haber mirado el reloj del móvil, es bastante tarde y estoy realmente cansada, quiero darme una ducha y dormir.

-Claro, te acompaño- dice levantándose del sofá marrón. No sé que decir después de lo que acaba de pasar, y agradezco que no saque el tema. No sé si sentirme culpable o dejarlo pasar.

-No hace falta, he venido en coche-

-Lo sé, te acompaño en coche y luego me vuelvo andando, sabes que me gusta andar.

-Lo sé- río y cojo el abrigo, la bufanda y el bolso antes de bajar al salón. Espero en el salón a que baje Simon, que se está cambiando, y me voy abrigando. Simon baja rápido las escaleras y me saca de su casa, no sin antes despedirnos de su padre que está viendo la tele en el salón.

-Llaves- demanda cuando llegamos a la puerta de mi coche, saco las llaves de mi bolso, siempre llevo un bolso pequeño así es mas fácil encontrar las cosas, y se las doy. Me abre la puerta del copiloto, cosa que hace siempre que vamos juntos en coche. Pasamos el viaje en coche en silencio hasta que llegamos al bloque de apartamentos donde vivo, aparca el coche en los aparcamientos. Salimos del coche y me da las llaves.

-Mañana te vengo a buscar- dice, habíamos quedado que nos turnábamos con los coches, mañana le tocaría venir a buscarme con su coche para ir a la Universidad ya que hoy había sido yo la que había conducido. No tardes eh- sonríe, se había puesto un gorro de lana y los rizos sobresalían por adelante.

-Nunca lo hago le guiño un ojo. Veo como se acerca y en segundos sus labios están sobre los míos, le sigo el beso. Ojalá pudiera sentir por él lo que siento por Pablo, todo seria mas fácil.

-Hasta mañana- se despide y va camino a su casa, me quedo mirándole hasta que desaparece entre la oscuridad de la noche. Me giro y voy al portal que abro, subo por las escaleras al primer piso, odio los ascensores, y abro la puerta 1ºD, donde llevo viviendo desde hace menos de seis meses. Cuando abro la puerta de mi piso inhalo el aroma a vainilla, el ambientador que compre hace unas semanas. Me quito el abrigo y lo dejo en la percha que hay al lado de la puerta.
Es un piso pequeño pero suficiente para mi sola, tiene dos habitaciones, una donde esta el dormitorio, y la otra que uso para pintar y estudiar, luego esta la mini cocina, el salón y el baño. El salón es el sitio mas grande de este piso y me encanta, tiene las paredes azul oscuro y un sofá blanco ocupa la sala, como el suyo. Entro en mi habitación y cojo lo necesario para darme una ducha. Pienso en lo que ha pasado hace media hora con Simon mientras estoy debajo de la ducha, no sé porque le besé, a demás, no se si alguna vez me llegara a gustar como algo mas que un amigo. Aunque el hecho de habernos besado no significa que tenga que haber sentimientos, ¿verdad?

Cuando termino de ducharme, me pongo mi pijama de algodón y de manga larga y me dejo el pelo sin secar. Es muy tonto, ya que estamos en Invierno, pero no tengo ganas de secármelo. Abro la puerta de mi armario y cojo una silla para llegar a la estantería mas alta, cojo lo que buscaba y me voy con ello a la cama. Me arropo en la cama de matrimonio, demasiado grande para mi sola. Abro la mini caja de colores que me regaló Pablo, y saco el collar de un pájaro grande en plata y con el dedo pulgar acaricio las letras que tiene inscrito: "You’re the best thing that’s been mine", "Eres la mejor cosa que ha sido mía". Aún no he sido capaz de ponérmelo, se que si me lo pongo jamás me lo podre quitar. Le necesito tanto…

Saco la carta que me escribió Pablo del sobre y la leo, no se cuántas veces la he leído ya:

"Escribir esta carta es lo mas duro que he hecho en mi vida, decirte adiós cuando no quiero dejarte ir. Espero que no me odies cuando termines de leer la carta, y por favor, no llores, eso me mataría. Sé que lo dejamos hace tiempo y que quedamos en ser amigos, quiero explicarte por que un día deje de llamarte y de enviarte mensajes. Simplemente no podía, no podía seguir hablando contigo como si no hubiera pasado el mejor mes de mi vida contigo, no podía quedarme en Málaga a esperar que vinieras, no podía verte y no besarte ni tocarte. Eres la persona de la que realmente me he enamorado, a la que realmente amo, y como fuiste la primera, quiero ser la última persona con la que estés y esperare lo que sea, joder que si esperare, tan solo con tenerte a mi lado. Quiero que guardes el collar hasta que ese momento llegue, eso me dará esperanza, incluso aunque no me la merezca.

Voy a echar de menos pasar los días a tu lado, ver como te quedabas dormida en mi pecho, ver como podía tener calor y frío al mismo tiempo cuando estaba contigo, echaré de menos el enamorarme más cada vez que te veía sonreír o oía tu risa, y el ponerme nervioso cada vez que te veía. He tomado decisiones malas en la vida, como dejarte ir o estar escribiendo esta carta, pero lo mejor en mi vida ha sido conocerte, y haber tenido la oportunidad de besarte casa segundo. No sé cuando nos volveremos a ver, esto no va a ser tan doloroso porque te aseguro que no es un "adiós" definitivo. ¿Sabes como lo sé? Porque una vez te dije que estamos hechos el uno para el otro, somos imperfectos por separado, pero de alguna manera juntos somos perfectos, porque sacamos lo mejor del otro. Acabaremos encontrando la forma de volver a estar juntos. Siempre lo hacemos, ¿no? En el tiempo que pase hasta que nos encontremos, necesito que te diviertas, que salgas de casa, sé feliz. Odio tener que despedirme de la persona con la que necesito estar cada segundo de mi vida. Te amo."

Recuerdo la primera vez que la leí, y la segunda y la tercera, como lloraba cada vez que leía sus palabras, como dolía, sigue doliendo, pero llega un momento en el que te acabas acostumbrando al dolor. Como cada noche, abrazo la carta y el collar y me quedo dormida pensando en él.

 

 
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Me levanto con el sonido del despertador, como cada día, me giro en la cama para darle un golpe al despertador y veo la carta arrugada junto al collar, cojo la carta la doblo y guardo el collar en la caja antes de ponerlo todo en la estantería. Miro la hora y veo que me he despertado diez minutos después de que sonara la alarma, menos mal que siempre pongo la alarma media hora antes. Me pongo un vestido de invierno junto a unos leotardos y unas botas, y me aliso el pelo, está demasiado mal debido a que ayer por la noche no me lo seque. Me hecho un poco de maquillaje, el justo para que parezca natural, y salgo de casa, pasándome la bufanda por el cuello y un gorro de lana por la mi cabello castaño. Cuando volví de Málaga pensé que necesitaba un cambio así que me oscurecí el pelo a un castaño claro y me puse las puntas rosas.

Cuando salgo al portal veo el coche de Simon en la carretera, seguro que ha llegado hace tiempo, voy corriendo hacia su coche ya que hace muchísimo frío en la calle. Agradezco que la calefacción del coche este encendida.

-Perdón por lo de ayer- digo casi en un susurro rompiendo el silencio que había en el coche.

-¿Perdón por qué?- pregunta quitando la mirada de la carretera, me mira un segundo, y vuelve a mirar la carretera. Ya estamos entrando en el parking del campus. Es jueves, ya queda un día menos para el finde.

-Por haberte besado- no puedo mirarle a los ojos, imágenes mías sentada a horcajadas en su regazo mientras le besaba apasionadamente pasan por mi cabeza. Estuvo bien, sí, pero de alguna manera me siento como si hubiera engañado a Pablo.

-Te besé yo primero- dice una vez que ha aparcado. Saca las llaves del contacto. Hablar de lo que pasó ayer hace que me sienta incómoda- Y no me arrepiento, lamento que tu lo hagas- comenta antes de salir de su coche molesto. Hago lo mismo y corro tras él.

-Simon, para- digo, y él para mi sorpresa se para- yo no he dicho que este arrepentida por lo que pasó ayer, sólo fue raro, eres mi mejor amigo.

-¿Pero lo estás? ¿Estás arrepentida o no?- pregunta ahora mirándome. Estamos en la entrada de la Universidad, y lo último que quiero es montar un numerito.

-No- digo finalmente, él da un paso adelante acortando la distancia entre nosotros.

-Demuéstralo- demanda acercándose incluso más. Quiere que se lo demuestre, besándole, debato las posibilidades de hacerlo. Si lo hago es como engañar aún más a Pablo, y no sería justo ni para él ni para Simon, ya que todavía tengo sentimientos por él... aunque no lo quiero admitir.

Tampoco se si Pablo está en una nueva relación con otra chica, no se lo que estará haciendo, y a lo mejor estoy siendo tonta esperándole si ni si quiera saber si va a volver.

Pero si no lo hago, si no le beso, Simon se enfadara conmigo, y eso es lo último que quiero. Así que voy con la opción primera sin tener en cuenta las consecuencias.

Paso mis frías manos por su cálido cuello, no sé como es posible, pero siempre tiene la piel cálida, incluso en los días de frío. Paso mis dedos por su cabello, enganchándose con sus rizos y junto mis labios con los suyos, él sonríe en mis labios y me sigue besando. No sé que esta pasando entre nosotros.

Paro cuando veo que hay mucha gente mirando. No me suele gustar el afecto público y menos aún en una Universidad, donde está todo el mundo mirando.

-Vale, demostrado- sonríe. Tiene los labios hinchados, debido a el beso de hace unos segundos, y rojos debido a mi pintalabios. Paso mis dedos por sus labios quitándole todo rastro de pintalabios. Con su dedo índice se acerca más las gafas de pasta negra.

-Luego te voy a buscar al trabajo que te voy a llevar a un sitio- dice acariciando mis largos dedos de pintora.

-¿A donde?- pregunto. Tengo que dejar de quedar con Simon y quedarme más en casa estudiando, no quiero ir atrasada en los estudios, y menos en mi primer año de universidad.

-Es una sorpresa- encoje los hombros.

-¿Voy bien así para tu sorpresa? -pregunto mirando mi vestido, él me mira, desnudándome con la mirada haciéndome sonrojar.

-Estás preciosa- sonríe

-Gracias- suena la campana de la primera hora, y me abraza antes de perderse por la gran Universidad.

Esta vez Raúl no se sentó en la mesa de al lado mío, estaba vacía, cosa que agradecí. Cuando terminé la última hora de clase fui corriendo al parking donde Simon estaba esperándome, salimos ahí y en el metro nos despedimos ya que cada uno íbamos a una parada. Prometió irme a buscar a las ocho, a la hora que acababa mi jornada. Mientras me comía mi almuerzo en el tiempo libre que nos daban de comer recibí un mensaje de mi madre diciéndome que tenía que hablar conmigo pero tan solo la respondí diciéndola que luego la llamaría.

 

-¿Lista? -pregunta, subo la cremallera de mi abrigo hasta el cuello cuando Simon abre la puerta, vuelvo a ponerme el gorro de lana y Simon hace lo mismo con el suyo.

-A ver...¿Dónde vamos?- pregunto intrigada.

-Tenemos que andar un poco- bajamos por el cine de callao y pasamos por la calle de Gran Vía, aún decoradas con adornos de Navidad, hasta que llegamos a la plaza Mayor. Hay un montón de niños jugando, gente vestida de marionetas, y puestos de castañas asadas haciendo que todo el lugar huela a castañas.

-Esto es lo que vamos a hacer- dice cuando estamos delante de una pista de patinaje cuadrada y bastante grande, hay niños patinando sobre el suelo de hielo, adolescentes agarrados de la mano e incluso gente tirada por el frío suelo.

-No- comento sabiendo sus intenciones -No, no ,no -repito, no me puede llevar a patinar, y menos a patinar sobre hielo, una vez intenté hacerlo y no sé cuantas veces me caí y acabe llena de heridas, soy demasiado torpe.

-Venga, nos lo vamos a pasar bien- dice acercándome a donde venden las entradas y alquilan los patines.

-Simon, no sé patinar-

-Tranquila yo te enseño, no te voy a dejar caer- dice, parece que va con segundas. Acabo aceptando y Simon paga dos tickets, y dice nuestra talla de pie, tardo muchísimo en ponerme los malditos patines, y una vez que los tengo puestos intento ponerme en pie, con estos patines es casi imposible mantener el equilibrio y tengo que apoyarme en Simon para no caer al suelo. Lo que me faltaba, caerme sin haber entrado en la pista. Simon entrelaza sus dedos con los míos aunque no llegamos a tocarnos la piel debido a los guantes que hemos comprado a la entrada.

Entramos a la pista y voy corriendo a agarrarme a las barras de metal que rodean la pista de hielo, no pienso soltarme de esta barra de metal. Empiezo a andar en vez de patinar, se que si empiezo a patinar me voy a abrir de piernas o a acabar en el suelo, y llevo vestido. Simon va patinando tranquilamente, como si fuera la cosa más fácil del mundo.

-Vamos- dice dándome la mano, miro dubitativa, me da miedo el hecho de estar agarrada solo con una mano a la valla, espero que Simon no me suelte- Vamos a pasar por el centro.- dice e intenta que me separe de la valla, cosa que consigue ya que por culpa de los guantes no puedo agarrarme.

-No quiero Simon- me quejo cuando nos separamos unos centímetros de esa valla que había sido mi amiga estos minutos. Agarro su mano mas fuerte y me lleva por el centro. Hay niños de unos seis años patinando por el centro e incluso haciendo piruetas.

-Me deprime que niños a los que les saco más de diez años patinen mejor que yo- me quejo, voy muy agarrada a Simon, y el sonríe al ver mi cara de susto. Esta se la pago.

-Llevan practicando desde hace tiempo, supongo- estamos ya en el centro, y Simon me está explicando como patinar, que si hay que levantar un poco un pie y luego deslizarse con el otro, y luego repetir lo mismo con el otro pie. Tras minutos enseñándome acabo cogiendo el truco y consigo dar un par de vueltas sola, eso sí sin separarme mucho de mi querida barra de metal por si acaso.

-Ves, tampoco es tan difícil- Simon ha dado el doble de vueltas que yo en el mismo tiempo, voy demasiado despacio, pero al menos he conseguido no caerme. Pasa sus manos por mi cintura y se pone con su pecho en mi espalda, como siempre hacía Pablo. Debería dejar de compararles, de que cada vez que Simon haga algo piense en Pablo. Tengo que olvidarme de él, al menos de esa forma, hasta que nos volvamos a ver. Si es que eso llega a pasar.

Me da besos por el cuello hasta llegar a la mejilla, donde me da un beso cerca de la comisura de mis labios.

-¿Quieres que vayamos a por un helado de turrón?- me susurra en la oreja y luego mordisquea mi lóbulo, haciendo que todos los pelos de la nunca se me erizen.

-Estamos a finales de Enero, y hace mucho frío, ¿de verdad quieres un helado, de turrón? - pregunto, no es un problema para mi, amo el helado de turrón, lo podría comer a todas horas, en invierno, en verano, cuando fuera.

-Sí

-Valep- sonrío y vamos a la salida, patinando despacio agarrados de la mano

 

Nos compramos una tarrina grande de helado de turrón, los dos odiamos el barquillo de los cucuruchos, y nos encanta este sabor así que decidimos compartir uno. Cojo mi cucharilla de plástico de color verde, y cojo un poco de helado que lleva Simon e intento que no se me escurra de los dedos, sigo llevando los guantes ya que no quiero que se me congelen los dedos, antes de llevármelo a la boca. Simon hace lo mismo mientras caminamos de vuelta al metro.

-Gracias -comento ya en la boca del metro mientras Simon se come lo último que queda de helado.

-¿Por qué?- tira la tarrina de plástico al contenedor amarillo, cosa que agradezco ya que sabe que tengo una obsesión por el reciclaje, no me agrada la idea de estar maltratando el planeta.

-Por un día perfecto- dicho esto, le cojo del brazo, apoyo mi cabeza en su hombro y bajamos las escaleras de la boca del metro


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HOLA!!!
BUENO, los que me seguís en tw (@marylingarciia) sabréis que dije que si llegabaos a 200 visitas en wattpad iba a subir capítulo, y como llegamos y en blogger casi, pues he decidido subir.
Bueno esta nota va a ser corta porque mi maldito ordenador escribe uy lento así que :( YA SABEMOS PORQUE PABLO NO ESTABA EN MÁLAGA CUANDO VAL FUE EN NAVIDADES. QUE BONICA LA CARTA, ¿ESTAIS DE ACUERDO CON LO QUE DICE EN ELLA?  Me da mucha pena que estén separados, pero bueno al menos Val tiene ahora a Simon. ¿os gusta su relación o preferís que este con Pablo? Ya he recibido algunos comentarios de gente diciéndome que prefiere a Pablo jajajaja. Bueno ya veremos lo que pasa en los siguientes capítulos....
SÉ QUE ESTOY TARDANDO MUCHO EN SUBIR (aunque creo que están siendo largos los capítulos) :( Pero lo bueno es que dije que no iba a subir hasta Enero, pero la tentación e ha podido jajajaja. Si tardo mucho es porque ahora estoy liada escribiendo la tercera parte, y la nueva fanfic de HARRY, A VER COMO SALEN :/ Bueno, hoy he escrito el capítulo 61 y creo que está bastante bien, aunque no soy yo la que juzga eso. POR CIERTO, SI CRÉEIS QUE ESTA PARTE TIENE MUCHO DRAMA VAIS A MORIR CON LA TERCERA.
PD: Cuando escribo en cursiva es porque estamos leyendo un flashback de Valeria o porque lo que piensa, o un mensaje, carta, etc... También quería decir que pongo canciones por si queréis escucharlas mientras lo leéis, ya que hay mucha gente que no se los puede leer porque no pueden escuchar la canción. Nos es obligatoria escucharla al menos que escriba que lo es JAJAJAJA.
PD2: FELIZ AÑO Y  ABRAZO KOALA PARA ESA LEGIÓN DE ANGELES.

domingo, 21 de diciembre de 2014

Capítulo 32: "Se ha ido."

Nota de Autor,
HOLAAA GENTE GUAPA!!!!! Sé que dije que no iba a subir hasta Enero jajaja bueno os estoy mareando mucho probablemente. Pero el otro día en twitter puse que si la fanfic llegaba a 100 visitas en wattpad iba a subir, y como hemos llegado a 100 visitas, lo prometido es deuda!!!! CAPÍTULO LARGO PARA VOSOTROS PORQUE OS QUIERO ♥
Vale por si algunos no lo habéis entendido, que ya me han preguntado por whatsapp, se supone que todo esto pasa 5 meses después de que Valeria decida irse a Madrid. Es decir, pasan 5 meses desde el capitulo 30, y ya Val esta en la Uni, y conoce a nueva gente etc etc. ¿QUE OS PARECE SIMON? ES ADORABLE *-* ¿SIMON O PABLO? ¿A QUIEN ELEGIS?
YA NO QUEDA NADA PARA NAVIDADEEEEEEES AISNJSBDJSANÑANSANÁS. ¿QUE OS HABEIS PEDIDO PARA PAPA NOEL? ¿Y PARA REYES? A PABLO YA ME LO HE PEDIDO YO, SORRY.ÇPOR CIERTO, EL OTRO DIA ME REGALARON UNA SUDADERA DE PABLO QUE ES ASJDBJBCFJABJABDJBDJABDJBASNKLSN *-*  ESPERO QUE TODOS EMPECEIS BIEN EL AÑO.
BUENO NO ME ENROLLO, AQUI OS DEJO EL CAPITULO EN EL QUE VAMOS A DESCUBRIR UN POCO DE LO QUE PASÓ EN ESTOS 5 MESES QUE HAN ESTADO SEPARADOS.
ABRAZO KOALA A TODA ESA LEGIÓN DE ÁNGELES!!!
PD: RECORDAD QUE PABLO SALE MAÑANA EN TVE SOBRE LAS 21.00 (CREO)
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*Narra Valeria*
Canción: The A Team, Ed Sheeran


Cuando termino mi jornada en el Starbucks, cojo el metro hasta donde vive Simon. Había dejado el coche al lado de la parada del metro. Siempre iba a trabajar en este transporte, ya que ir en coche a Gran Vía era una tontería, porque buscar aparcamiento era técnicamente imposible. Al final había llamado a Simon y habíamos quedado en que no fuera a buscarme. Vivíamos en el mismo sitio, él en una urbanización y yo en un bloque de pisos.


Me meto en el coche, enciendo la radio subiendo el volumen a tope, pongo la calefacción ya que el coche esta frío debido a no haberlo utilizado desde la hora de comer. Canto la canción que ponen en la radio hasta que llego a casa de Simon, aparco delante de la grande puerta blanca, me bajo del coche, y como hago siempre que voy a su casa meto la mano en el buzón rojo y cuadrado, sacando la llave de la puerta y la meto en la cerradura. Se me hace raro entrar en su casa con mi propia llave, pero él insiste en que lo haga. Subo las escaleras que dan a la puerta y antes de que pueda abrir noto algo, miro a mis pies y veo a Mickey, el mini gato de Simon, me agacho para acariciarle el pelaje naranja y ronronea mirándome con unos ojazos grises. Recuerdo la primera vez que intenté tocarle, me arañó y salió corriendo.


-Hey Val- no me había dado cuenta de que la puerta se había abierto y que el padre de Simon estaba ahí con una sonrisa en la cara. Es igual de alto que Simon, casi llegando al 1’90, si no fuera por las canas que tiene en el pelo parecería mucho mas joven de lo que realmente es. Sus ojos son azules, como los de su hija, en cambio los de Simon son más verdes que los míos, supongo que su madre los tenía verdes también.


-Hola- veo la cola de Mickey desapareciendo entre los arbustos del jardín, así que debo parecer tonta, aquí en cuclillas en el suelo. Robert quita la llave que yo había metido hace unos minutos y me deja entrar con una sonrisa. Paso y entro al salón, está igual que siempre, muy masculino, se nota que solo viven Simon y su padre aquí, ya que Elizabeth se independizó hace tiempo.


-Simon está en su habitación, se acaba de duchar- comenta dirigiendose a la cocina- voy a pedir una pizza, ¿la misma de siempre?- pregunta y asiento con una sonrisa. A veces me pregunto si Robert me conoce mejor de lo que Simon lo hace, he dormido más en esta casa que en mi piso así que no me extrañaría.


Subo las escaleras de madera, que crujen bajo mis pies, llego a la primera planta y abro la puerta de la habitación, está perfectamente ordenada, la cama con el edredón perfectamente liso, y con los libros colocados alfabéticamente en la estantería, sin una mota de polvo. Simon es la definición de "organizado".


Veo la silueta de Simon buscando algo en el armario, como su padre me había comentado antes, acaba de salir de la ducha, va con un pantalón largo de chándal y con el torso al descubierto, tiene los rizos mojados.


-Hola- sonríe al verme y se pone una camiseta blanca de juego de tronos, se le va pegando al cuerpo debido a la humedad, no está excesivamente musculoso pero lo suficiente para que se le marquen debajo de la camiseta. Sacude la cabeza haciendo que gotas de agua salgan de su pelo.


-Vamos- me da un beso en la mejilla, me coje de la mano y me lleva escaleras arriba a la buhardilla, donde tiene todos los juegos de la play y una televisión enorme. Es raro lo obsesionado que puede llegar a ser con los videojuegos pero que a la vez sea un estudiante de matriculas.


-Prometiste jugar conmigo a The Walking Dead- enciende la tele y va metiendo el juego en la play.


-¿Lo hice?- pregunto riéndome. Para mi asombro, el padre de Simon entra en la buhardilla con la pizza y se despide dejándonos solos. Que rapidez.


-Sí, lo hiciste- coge mi mano y se sienta en medio del sofá marrón. Voy a sentarme a su lado, pero me sujeta suavemente la muñeca y me sienta en su regazo, me da el mando inalámbrico de la play y jugamos mientras comemos pizza.


-¿Vas a ir a Málaga éste mes?- pregunta dando al pause


-No creo, iré en semana santa- digo, llevo sin ir desde Navidades, y aunque quiero ver a mi familia, no me apetece nada ir.


-¿Vas a ir para verle?- me coloca mejor en su regazo para poder mirarme. Sus ojos verdes muestran preocupación tras sus gafas.


-Iré para ver a mis padres y a Hugo, a él no se si quiero verle- comento sinceramente


-¿Estás segura?¿Ya no sientes nada por Pab…- empieza a preguntar pero le paro antes de que diga su nombre.


-No digas su nombre- suplico. Después de Navidades decidí olvidarme de él, ya que él se había olvidado de mi. Pero me es imposible, cada vez que cierro los ojos sueño con él- Y no, ya no siento nada por él.-miento.


-Valeria- coge mi mano izquierda y me toca la muñeca- sigues llevando la pulsera que te regaló- veo como se desespera, pero en seguida cambia de expresión que creo que lo me he imaginado. Tiene razón, aún sigo llevando la pulsera de colgantes que me regaló, he intentado deshacerme de ella, pero no puedo. Cuando volví de Málaga hace un par de meses, guardé la camiseta negra que me regaló cuando me fui en un cajón. Borré todas nuestras fotos de mi móvil, incluso borré su numero para no tener la tentación de llamarle. Pero deshacerme de la pulsera se hizo algo imposible, ya era parte de mi.


-No quiero defenderle, pero a lo mejor no estaba ahí por… por algún buen motivo.


-Él sabía que yo iba, y en vez de estar ahí conmigo, se fue, no se molestó ni en venir a verme.




*FLASHBACK*



Miro el reloj del móvil por quinta vez, en unos minutos llegaré a Málaga y aún estoy nerviosa, no sé que decir. Miro por la ventana del tren y puedo ver el mar a lo lejos, ese mar que ha sido mi casa durante meses. No sé que voy a decirle cuando llegue, ¿estará feliz de verme? ¿Seguirá enamorado de mi? En realidad no sé ni por que me hago estas preguntas, claramente no, han pasado un poco más de cuatro meses, es imposible que siga sintiendo lo que siento yo por él.


Cuando me mudé a Madrid estuvimos hablando todos los días, nos enviábamos mensajes y hacíamos video llamadas, me quedaba dormida con su voz al otro lado del teléfono, pero hace casi un mes que todo esto se acabo. Ya no había mas mensajes cada vez que encendía el móvil, y ya no esperaba a irme a dormir con un "te quiero" suyo, todo había acabado.


Sabía que cuando me fuera a Madrid todo acabaría, fue Pablo el que me lo dijo, que no quería tener una relación conmigo a distancia, que no lo iba a aguantar, pero imaginé que podríamos ser amigos. Solo espero que no me odie y que se alegre al verme, aunque algo en mi interior me dice que no lo hará.


Cojo mi maleta de los sitios que hay en el techo y salgo del tren cuando suena el timbre indicando que ha llegado a la estación. Voy con la maleta en una mano y con la otra sujeto el bolso que cuelga de mi hombro. Cruzo el hueco que hay entre las vías y la parada y espero a ver alguna cara familiar mientras me abrigo lo más que puedo, aunque estoy en Málaga, se nota el frío de Diciembre.


Sonrío al ver como familias lloran al volver a ver a sus seres queridos, parejas besándose, y a lo lejos veo un pelo castaño, una chispa de ilusión se enciende en mi cuerpo con la posibilidad de que sea Pablo, pero mientras se va acercando veo que no es su cara.


Unas manos cubren mis ojos haciendo que no pueda ver nada, la chispa de ilusión vuelve a aparecer con la posibilidad de que sea él. Me giro y cuando la persona quita las manos de mis ojos me llevo una decepción.


-Yo también me alegro de verte eh- dice Hugo con sarcasmo, sonrío y me tiro a sus brazos, me alza del suelo y me abraza mientras paso mis brazos por su cuello. Lágrimas caen por mis ojos, hacía tanto que no veía una cara familiar.


-Te he echado de menos- digo cuando me vuelve a dejar al suelo. Veo que sus ojos están llorosos, él también me ha echado de menos.


-¿Dónde esta mi pequeña?- oigo la voz de Víctor, mi padrastro, preguntar detrás de Hugo, está con mi madre al lado. Mi madre esta llorando mucho y voy corriendo a abrazarles.


-¿Qué tal el viaje?- pregunta mi madre aún llorando cuando termina de abrazarme.


-Aburrido- digo la verdad, aunque me había pasado la mitad del viaje durmiendo.


-Vamos al coche que tenemos una media hora hasta llegar a casa para que nos lo cuentes todo- dice mi padrastro enfatizando el "todo", sonrío y me giro para coger la maleta.


-Te la llevo yo- dice Hugo muy feliz mientras coge el asa de la maleta, le abrazo otra vez, le he echado tanto de menos.


-¿Sabe que estoy aquí?- pregunto, Hugo no pregunta de quien hablo, sabe de quien hablo.


-Sí, si que lo sabe- dice en un amago de sonrisa


En el viaje les cuento todo, absolutamente todo sobre estos meses en Madrid, el trabajo en el Starbucks, el coche que compre aunque ya lo sabían, todo sobre las clases en la Universidad, y no me olvido de hablarles sobre Simon.


Cuando llegamos a la urbanización, mi padrastro aparca el coche enfrente de casa, y nada mas aparcar, salgo del coche, dejando el bolso, dejando todo dentro y voy corriendo hacia su casa, no puedo esperar mas. Hugo grita algo pero estoy tan emocionada con la idea de volver a verle que no le escucho y sigo corriendo, el aire frio me golpea en la cara. Llego a su casa y llamo al timbre de fuera, casi no puedo pulsar el timbre debido a mis dedos congelados. La puerta de fuera se abre y subo corriendo las escaleras del porche, llamo en la puerta con los nudillos de la mano, insisto tanto que se ponen rojos comparados con mi piel blanca por el frío. Casilda abre la puerta y me lanzo sobre ella a abrazarla.


-¡Valeria!- grita devolviéndome el abrazo. Con ella y con Alejandra sí que había mantenido en contacto estos meses, está cambiada, al parecer se ha puesto el pelo más rubio. Me deja entrar y agradezco el calor que desprende la casa. Oigo unos pasos y me asalto, pero es Alejandra la que llega a donde estamos, viste un jersey blanco que hace notable sus cuatro meses de embarazo, me abraza corriendo.


-Estás hecha una super mami- sonrío al ver como se acaricia la tripa, se la ve feliz, me alegro de que los problemas con Salva se solucionaran.-¿Tienes el nombre pensado ya? pregunto, hace poco me envió un mensaje con una foto de la ecografía diciéndome que iba a ser niña.


-Aún no lo tenemos decidido- sonríe. Miro por todos lados pero no hay rastro de Pablo.


-¿Cuánto te quedas?- pregunta Casilda.


-Hasta que terminen las vacaciones de navidad- ella asiente sonriendo.- ¿Dónde esta Pablo?- pregunto, necesito verle ya.


-Emmm… espera- Casilda se va un momento al salón, aún no nos hemos movido de la entrada, miro a Alejandra para que ella me responda pero está mirando al suelo. Sea lo que sea que me vayan a decir es malo. Casilda vuelve al minuto con una caja de colores pequeña, y con una carta. -Se ha ido.


-¿Cómo que se ha ido?- si no fuera por que puedo oír los latidos de mi corazón juraría que se me ha parado.- Pero…el sabía que yo venía…- hago un esfuerzo para que las palabras salgan de mi boca.


-Sí lo sabia, pero no sé, supongo que hizo lo que le pareció correcto…- ella y Alejandra intercambian unas miradas.


-¿A dónde se ha ido?


-Nos dijo que no te lo dijéramos- interviene Alejandra.- lo siento… se fue hace una semana- no lo entiendo, él hacia tiempo que sabía que yo venía, le dije a Hugo que se lo dijera para que estuviera aquí, necesitaba verle, pero se fue, se ha ido.


-¿Cuándo va a volver?- noto las lágrimas a punto de salir.


-No lo sé, no lo dijo, me dijo que cuando te viera te diera esto- me da la caja y la carta y la sujeto entre mis manos- dijo que por favor que te lo diera, es su regalo de cumpleaños- hace un par de semanas fue mi cumpleaños y él lo sabía, mientras que recibí felicitaciones de Casilda y Alejandra, no recibí ninguna suya.


Leo lo que pone en el sobre "Feliz cumpleaños" y abajo a la izquierda, pone un "te quiero", no puedo frenar las lágrimas que ahora caen por mis mejillas.




*FIN DEL FLASHBACK*



-Pues me alegro de que no sientas nada por él- estoy sorprendida por las palabras de Simon, hace nada estaba "defendiéndole"- si no, esto sería mucho mas difícil- no me da tiempo a preguntar a qué se refiere, me pega a su pecho y junta sus labios con los míos. Nunca había pensado como sería besarle, ahora lo sabía, sus labios eran cálidos y acogedores y mandaba electricidad por todo mi cuerpo. No sabría decir si me gustaba o no, estaba claro que jamás podría sentir por alguien más lo que siento…sentí por Pablo, pero me podría acostumbrar a los besos de Simon.

lunes, 15 de diciembre de 2014

Capítulo 31: "Juramento de limón."

Canción "Me and My Broken Heart", Rixton

*Narra Valeria*

-Café con mucha leche y dos cucharadillas de azúcar- me ofrece el vaso de cartón, con una servilleta de papel con el logo de la cafetería impreso para no quemarme la mano con el calor que desprende el vaso. Me da un beso en la mejilla, dejando un rastro cálido tras sus labios.

-Gracias- le sonrío mientras coloco la correa del bolso en mi hombro. Pasa su brazo izquierdo por mis hombros acercándome a él, mientas con el derecho sujeta su vaso. Salimos de la cafetería y andamos por la universidad, está todo muy tranquilo para ser la primera hora.

-¿Qué te toca ahora?- pregunta después de dar un trago a su café solo, sin azúcar, cómo tanto le gusta. Apoyo en mi cabeza en su hombro, ya que me saca más de 20 centímetros.

-Sociología- suspiro y él se ríe, colocándose sus gafas de pasta negra.

-Te acompaño- asiento, aunque sabía que iba a hacerlo, lo lleva haciendo desde que nos conocimos, parece que no le gusta apartarse de mi, algo que me gusta, ya que a mi tampoco me gusta estar lejos de él. Le conocí el primer día de clase,  un día en la cafetería cuando estaba vacía, yo no conocía a nadie y él tampoco, Empezamos a hablar y desde entonces somos inseparables.

-¿Cuándo termines sociología que tienes?- pregunta, aunque no sé por qué, ya que se sabe mi horario de clases incluso mejor que yo.

-Nada- nos apoyamos en la pared de ladrillo que hay al lado de la puerta de mi próxima clase. En realidad, soy yo la que esta apoyada, él tiene una mano en la pared al lado de mi cabeza, y está inclinado muy cerca mío, pero no me intimida, al contrario, me gusta.

-Perfecto, yo tampoco, luego te vengo a buscar y vamos a desayunar tortitas donde Miriam – muchos recuerdos vienen a mi cabeza... Miriam era la dueña de la cafetería/pastelería que había a unos minutos en coche de la Universidad, habíamos ido muchísimas veces desde que empezamos el año, era un lugar bastante agradable.

-Pero tenemos que venir antes de mi próxima clase- aviso, en realidad Simon es mas puntual que yo, así que no habría problema con eso, pero por si acaso.

-Juramento de limón, pero sin el limón- promete con una sonrisa haciéndome reír. Recuerdo el día que inventó eso, estábamos en una discoteca bebiendo tequila, y le hice prometer que no me juzgara cuando le contara lo que hice en Málaga hace cinco meses, y me lo juró mordiendo el limón. Aún recuerdo la cara que puso al probar el sabor ácido del limón.

-Te veo luego nena- se despide dándome otro beso en la mejilla. Entro a clase, paso por el escritorio de mi profesor subiendo las escaleras crecientes y me siento en mi sito habitual, ni muy atrás ni muy adelante, pero lo suficiente como para enterarme de lo que explica el profesor. Los estudiantes empiezan a entrar unos minutos más tarde de la hora y se van sentando. Cada día se sientan en un sito diferente, llevan haciendo esto todos los meses, menos los más aplicados que se sientan delante y menos los que no se molestan en venir, claro.

Una chica con gafas y el pelo azul, María, creo que se llama, se sienta en el pupitre de mi derecha. No me he molestado en aprenderme los nombres, ya que en cada clase hay diferente gente. A mi lado izquierdo, se sienta un chico, con el pelo castaño y peinado para arriba, tiene unos ojos castaños muy claritos, con tonos amarillentos, y con unos pelitos muy cortos en forma de barba, entre la nariz y los labios. Hace que me recuerde a él, parpadeo fuertemente para quitar su imagen de mi cabeza. El chico se gira, y al ver que le estoy mirando me quiña un ojo, haciendo que aparte mi mirada de él y la centre en mis apuntes. Está a punto de decirme algo, cuando el profesor entra en la clase, menos mal, no sabría como escusar el haber estado mirándole.

El chico, qué no sé como se llama, empieza a sacar cosas de su mochila, como consecuencia las venas se le marcan en la piel de sus brazos por el esfuerzo, y no puedo apartar la mirada de ellos.

-Me llamo Raúl- susurra sonriendo enseñando unos dientes perfectos.

-Valeria- digo en forma de saludo

-¿Qué haces esta noche?- pregunta, ahora que sé su nombre: Raúl, balanceándose con la silla apoyando sus brazos en el respaldo de la mía.

-Nada- respondo cogiendo apuntes de lo que dice el profesor. Lo que menos necesito ahora es una distracción, a ver, la necesito, pero no en medio de clase.

-¿Nos acostamos?- pregunta después de ver que el profesor no miraba. Empiezo a toser debido a la poca sutileza de sus palabras. Y pensar que yo era así, menos mal que él me hizo cambiar. Le echo tanto de menos... Alejo el pensamiento de mi cabeza, no puedo seguir pensando en él, él decidió tomar su camino hace tiempo.

Ignoro su pregunta y me centro en la clase. No me habla en el resto de la hora así que tomo apuntes de todo lo que el profesor explica y hago un par de preguntas antes de que suene el timbre dando a entender que se ha acabado la clase. Guardo los cuadernos en mi bolso y me preparo para salir.

-¿Seguro que no quieres...-empieza a preguntar Raúl con una sonrisa burlona.

-Gracias por la oferta, pero creo que voy a pasar- le sonrío falsamente, me cuelgo el bolso del hombro y bajo las escaleras para salir por la puerta. Oigo a Raúl decirme algo, pero no presto suficiente atención para entender lo que dice. Subo la cremallera de mi cazadora y me paso la bufanda blanca de lana por el cuello, al salir de clase. Se nota que estamos a principios de Febrero.

-¿Que tal la clase?- Simon esta apoyado en el mismo muro donde estábamos apoyados antes, el aire hace que sus cortos rizos se desordenen. Entrelaza mis dedos con los suyos y caminamos hacia el parking.

-Bien, sin tener en cuenta que uno me ha pedido sexo, lo demás bien como siempre- suelto cuando llegamos a mi coche, un mini de color azul eléctrico, el coche que tanto había tenido que ahorrar para comprarlo.

-¿Cómo?- se para de golpe, veo como su expresión cambia. No tendría que haber dicho nada -¿Quién ha sido?- está enfadado, más que enfadado.

-No tiene importancia- busco las llaves del coche en el bolso con la mano que no tengo entrelazada con la de Simon.

-Claro que importa, no eres una cualquiera.

-Lo sé, venga vamos a por esas tortitas- le beso la mejilla para quitarle importancia al asunto.

-Conduzco yo- me quita las llaves del coche, abre la puerta del copiloto y espera a que me siente, cosa que hago en segundos, en lo que tardo en ponerme el cinturón él ya está sentado en el asiento del conductor.

-No maltrates a mi coche que sabes que le tengo cariño- comento, me costo muchos meses sin parar de trabajar y todos mis ahorros, rara vez dejaba que alguien lo condujera, Simon era de los pocos afortunados.

-Yo soy muy buen conductor- se pone el cinturón, coloca los retrovisores, y se coloca las gafas, algo que siempre hace, -¿ves?- comenta antes de arrancar.

 

 

 

-Tu batido de fresa- dice Simon dejando un batido de color rosa casi blanco, con la mitad del vaso lleno de nata.

Se sienta en el alto taburete que hay enfrente de mí con su batido de chocolate. Somos tan diferentes en gustos, en la mayoría de ellos. Deja en medio de la alta mesa redonda un gofre grande con nata y la mitad con sirope de caramelo, para él, y la otra mitad de fresa, para mí. Al final habíamos pasado de las tortitas.

-Oye Val- cojo una cucharada de la nata del batido y me la llevo a la boca antes de responder.

-Dime

-¿Te apetece una pizza en mi casa? Para cenar, cuando terminemos de cenar te acompañaré a tu piso- dice pronunciando "piso" con un acento irlandés. Lleva mucho tiempo en España, pero aún se le nota el acento irlandés, y eso le hace adorable.

Llevaba viviendo en España desde el instituto, ya que su padre se mudó cuando su madre murió, al parecer la casa que tenían en Irlanda le daba muchos recuerdos y como le ofrecieron un trabajo aquí aprovechó y se mudo con Simon y con Elizabeth, la hermana mayor de Simon.

-¿Me vas a buscar cuando termine de trabajar?- cojo el tenedor y el cuchillo para cortar un cacho del gofre y me lo llevo a la boca.

-Claro, tengo que hacer unas fotos primero, para uno que tiene una comunión, así que probablemente llegue tarde- Simon trabajaba como fotógrafo en un estudio, no se iba a dedicar a eso, pero se le daba bastante bien y hacía fotos a modelos o a quien se lo pidiera para ganar dinero.

-Vale- ahora es él quién coje un cacho de gofre, pero en vez de llevárselo a la boca, me lo ofrece a mi, me inclino en el taburete y como de su tenedor.

-Espera- comenta cuando termino de masticar, pasa su pulgar por mis labios, llevándose sirope de caramelo que no sabía que tenía, y a continuación se leva el pulgar a la boca, es muy sexy. Intento no sonrojarme, al final acabé acostumbrándome a sus muestras de cariño, es un buen amigo. Aunque noo he intentado nada con nadie en seis meses.

Terminamos de desayunar, y Simon insiste en pagar, y como cabezota que es, acaba pagando. Nos tomamos nuestro tiempo ya que aun queda para que nuestra siguiente clase empiece.

-Hoy no puedo comer contigo – dice cuando estamos de vuelta en la Universidad.

-No importa, encima hoy tengo que entrar antes al trabajo, que mi compañero necesita irse pronto-

-Entonces te veo por la noche- asiento y me abraza alzándome, mis pies no tocan el suelo en unos segundos, a continuación me da un beso en la mejilla.

-Te quiero- se despide

-Y yo- digo en un suspiro.

Nota de autor

Hola hola!!!!!

Aquí os dejo el capítulo 31, es decir, el primer capítulo de Ahogándome en su adiós. Sé que dije que no iba a subir hasta Enero pero el otro día me dio el venazo y lo subí a wattpad. Pero como no había creado aun el blog no lo subí por aquí. Ya esta, ya teneís blog para los que no sepáis como funciona wattpad.
Sólo subo el capítulo 31, el 32 ya si que lo subiré en Enero.

PD: Todavía no lo quería anunciar pero ya lo anuncio jajaj, estoy en proceso de escribir una nueva fanfic, LA PORTADA ES AJSDNKA, de momento no quiero revelar nada más, sólo que será una fanfic de Harry Styles, aún no se cuando la subiré ni nada, pero para que lo sepais jajaj

PD2: QUERIA DARLES LAS GRACIAS A TODOS LOS QUE ME HAN APOYADO A SEGUIR ESCRIBIENDO CUANDO ME PLANTEE DEJARLO POR PROBLEMAS DE PLAGIOS, MUCHAS GRACIAS POR TODO EL APOYO, OS QUIERO!

P3: Los que me habéis preguntado no os preocupeis que van a haber muchisimos capítulos, ya tengo esta fanfic terminada, con otros 30 capítulos, pero tranquilos que queda otra parte mas, que seguramente sea más larga. Voy a seguir los capítulos a partir del 30, no voy a empezar otra vez con el 1, para que sepais que es una continuación de EBDE

PD4: Disfrutad del capítulo! Abrazo koala para todos ♥