En Brazos de Él

Secuela de " enbrazosdeelpabloalboran.blogspot.com.es"

sábado, 10 de enero de 2015

Capítulo 35: "Hacéis tan buena pareja..."

Canción: Impossible, James Arthur

-Ya estamos llegando- digo mientras miro por la ventana de nuestro vagón, ahí esta el mar que vi hace pocos meses.

-Nunca había estado en Málaga- dice mirando asombrado por el cristal. Nos habíamos levantado a las cinco de la mañana, nos habíamos duchado y habíamos llamado a un taxi para que nos llevara a la estación. Las dos primeras horas del viaje las habíamos pasado durmiendo, y las otras tres y pico hablando y viendo una película en la mini tele que había en cada asiento, como en los aviones.

-Pues tendremos que venir otra vez pero quedarnos más tiempo para enseñarte Málaga, o al menos, Benalmádena- comento, son las doce de la mañana, así que ya estamos en la estación, cuando suena el timbre Simon coge la maleta, yo cojo mi bolso y salimos a la acera donde está la gente esperando a sus familiares, viene un déjà vú a la cabeza de la última vez que estuve aquí. Me bajo un poco la cremallera del abrigo, ya que no hace tanto frío como me imaginaba.

Cuando pisamos la parada después de salir de las vías no tenemos que esperar ya que veo el cabello marrón con mechas rubias rizado de mi madre y voy corriendo hacía ella y nos fundimos en un abrazo. Intento no llorar.

-Felicidades- la digo aun en sus brazos, ella me sujeta la cara y me da muchos besos en las mejillas. Cuando termino de abrazar a mi madre abrazo a mi padrastro.

-Te has cambiado el pelo- dice mirando mi pelo castaño casi rubio y con las puntas rosas.

-Sí, necesitaba un cambio- noto que mi madre me mira con pena pero en seguida me sonríe. Ella sabe todo lo que pasó con Pablo y lo mal que lo pasé, pero al fina y al cabo ella nunca dejará de quererle como a un hijo.

-Te queda bien- le devuelvo la sonrisa. Me giro y veo que Simon no se ha movido de dónde estaba, le hago un gesto para que se acerque.

-Muchas felicidades señora- dice dándole la mano a mi madre tímidamente, haciéndome sonreír. Mi madre rechaza su mano tendida y le abraza, Simon lo toma por sorpresa pero no tarda en devolverle el abrazo, sonrío al ver la diferencia de altura, mi madre es mas bajita que yo, y yo que sólo le llego al hombro a Simon, ella ni eso.

-Llámame Ana- sonríe mi madre- me haces parecer una vieja- se ríe contagiando a Simon que se empieza a reír también. Se presenta a mi padrastro con una sacudida de manos y una sonrisa.

-¿Y Hugo?- pregunto, necesito ver a mi hermano ya, le he echado tanto de menos.

-Está en casa, se estaba duchando- dice, Simon vuelve a coger la maleta y la lleva tirando por ella haciendo ruido cuando las ruedas chochan con el suelo, y seguimos a mis padres hasta el coche.

Soy la primera en entrar a casa, un olor a comida recién hecha invade todos mis sentidos. Había echado tanto de menos la comida sana de mi madre. La casa está igual que siempre, me quito el abrigo, la bufanda y el gorro y los dejo en la percha que hay al lado de la puerta, hago lo mismo con lo de Simon y subo las escaleras, con Simon detrás mía. Abro la puerta de mi habitación. Está todo en su sitio, como había echado de menos mi cuarto, dejo la maleta en la cama, el edredón es diferente al de la última vez, supongo que mi madre cambiara las sabanas. Me siento en la cama y miro al escritorio, dónde le hice el retrato a Pablo, o donde estaban las cajas de cartón el día que me fui para siempre. La cama, aunque pasamos poco tiempo en mi casa, recuerdo la vez que Pablo se quedo dormido conmigo, aunque en ese momento yo le odiaba, y juraría que aún podía oler su perfume impregnado en ella.

-¡Valeria, dormid en habitaciones separadas!- oigo que mi madre grita desde abajo. No entiendo porque me dice esto, ella sabía perfectamente que yo dormía con Pablo y nunca me dijo nada. Me levanto de la cama, se me había olvidado que Simon estaba en el marco de la puerta mirando cada movimiento que hacía.

-Lo siento, mi madre es muy...insistente - río, Simon empieza a sacar la ropa de la maleta y se la pone en los brazos mientras le llevo a la habitación de invitados, se nota que nunca se ha utilizado esta habitación, aunque la cama que hay en el centro esta hecha. Las paredes son de un marrón oscuro, está igual que las demás y tiene un baño propio, nunca había entrado aquí.

-Voy a dejar que te prepares, voy a buscar a mi hermano- comento, el asiente y salgo de la habitación. Llamo a la puerta de la habitación de Hugo, pero nadie responde, así que entro en su habitación, está perfectamente ordenada, algo raro en él. Veo que esta tumbado en la cama, con todo el pelo castaño enmarañado, tiene el brazo derecho estirado y el izquierdo pegado al cuerpo, parece tan en paz que no quiero despertarle. Me acerco a su cama y me siento al lado suya, le zarandeo un poco hasta que consigo que se despierte, aunque aun tiene los ojos cerrados.

-Un minuto más mama...- susurra como un niño pequeño y se pone la almohada en los ojos.

-Hugo- digo pero no me hace caso, pellizco con mis dedos su nariz y empieza a mover las manos en el aire como si estuviera intentando matar a una mosca. Finalmente consigo que abra los ojos.

-¡VALERIA!- chilla y me abraza, menos mal que no se ha enfadado conmigo por haberle despertado, suele tener muy mal humor cuando se despierta. Le devuelvo el abrazo, aunque me está estrujando como a una esponja- ¿Cuándo has llegado? -pregunta peinándose el pelo con los dedos.

-Ahora mismo, he ido a acompañar a Simon a la habitación.

-¿Simon?- pregunta sentándose mejor y apoyando la espalda en el respaldo de la cama, hago lo mismo. Él sabe perfectamente quien es, cada vez que hablábamos por teléfono le hablaba de mi nuevo mejor amigo y de lo bien que nos llevábamos, aunque él al parecer no compartía ese sentimiento.

-Dije que le iba a traer.

-¿Estáis saliendo?- pregunta, la conversación ha dado un giro enorme.

-No...-¿estamos saliendo? no, solo nos hemos besado un par de veces- es mi mejor amigo

-¿Os habéis liado?- pregunta mirándome los ojos, a veces me da miedo lo mucho que me conoce.

-Puede...- digo mirando a otro lado y mordiéndome el labio inferior. Lo último que quiero es a mi propio hermano juzgándome.

-¿Ya te has olvidado de Pablo?- está molesto, entiendo que defienda a Pablo ya que es su amigo, pero eso no justifica lo que me hizo, aunque tampoco es que lo que le hice yo estuviera bien. Tengo un gran lio en la cabeza que no se como solucionar.

-No le he olvidado Hugo, no se si alguna vez podré hacerlo, ¿pero que querías, que me amargara hasta que le volviera a encontrar?- pregunto.

-Si- le miro sorprendida por lo que acaba de decir- a ver no, simplemente eso no, pero pasar página tan rápido...

-Fue él el que me dejó.

-Bueno eso no es del todo cierto- al parecer quiere hacerme sentir mal, me recompongo en la cama y cruzo mis brazos dando un gran suspiro- fuiste tu la que se fue.

-Pero porque mi vida estaba en Madrid, encima yo quería seguir siendo su amiga y luego vengo aquí a verle y me entero de que él se ha ido, y solo me deja una carta diciéndome que no nos vamos a volver a ver, que él quiere ser mi última relación. Pero...

-¿Pero...?- dice alentándome a seguir la frase.

-¿Pero quien te dice que él no está ahora saliendo con otra chica o haciendo a saber el que?

-Te lo digo yo, no esta con nadie- dice tan tranquilo, espera...¿él habla con Pablo?

-¿Sigues hablando con él?- pregunto asaltada

-Sí- afirma tan tranquilo- Somos buenos amigos, esa es una de las razones por las que no me gusta Simon. A demás, no puedo verte con alguien que no sea con él. Hacéis tan buena pareja...

-¿Y como es que no me has dicho antes que aún hablas con él?- pregunto levantándome de la cama- ¿Dónde está?

-Está más cerca de lo que crees- dice Hugo también levantándose, ¿me está vacilando? ¿Cómo que mas cerca de lo que creo?

Abro la puerta para salir, ¿y si se refiere a que está aquí? ¿En Málaga? No me quedo a preguntar, salgo de su habitación y bajo las escaleras.

-Valeria, no- le oigo decir a mis espaldas. Bajo el último escalón y voy a la cocina donde está Simon ayudando a mi madre a preparar las cosas.

-Voy un momento a ver a Casilda, no tardo- aviso, le doy un beso en la mejilla a Simon, me pongo el abrigo y salgo de mi casa. Sé que no está bien dejarle solo pero necesito saber a que se refería Hugo. Llego a casa de Elena y de Salva, la puerta de fuera está abierta así que entro sin llamar y la cierro detrás de mi, subo los escalones despacio. No quiero hacerme ilusiones, no sé si estará aquí, y si lo está. ¿Qué le voy a decir? ¿Voy a actuar como si no hubiera pasado nada? ¿Cómo si no hubiera escrito la carta? Está claro que no he pensado en las consecuencias de venir aquí, soy demasiado temeraria.

Llamo al timbre que hay en el lado izquierdo del marco de la puerta. Nadie contesta así que insisto un par de veces hasta que me abren la puerta. Alejandra es la que me abre, tiene el pelo moreno recogido en un moño sujeto con un lápiz. Casi se me olvidaba que estaba embarazada, veo su enorme tripa de casi seis meses, parece que va a tener gemelos en vez de solo una niña. Me mira sorprendida y me abraza, es un abrazo raro ya que no nos podemos abrazar bien debido a su vientre.

-No sabía que ibas a venir- sonríe y me vuelve a abrazar. Cierra la puerta detrás de mi y nos acercamos al pasillo.

-He venido por el cumpleaños de mi madre, pero vuelvo mañana a Madrid- explico mirando por todos lados, como la última vez, a ver si está Pablo.

-Jo que poco tiempo, bueno al menos has tardado menos en venir- dice, tiene razón, la última vez tarde en venir cuatro meses, y ahora solo había pasado menos de un mes desde que vine.

-¿Quieres un té? Hace frío fuera- pregunta y asiento- todos se han ido a comprar, voy a llamar a Casilda para que vengan ya y puedan verte. Espera en el salón mientras te preparo el té- sonríe y asiento, ella se dirige a paso lento a la cocina, el peso del bebe la tiene que estar matando.

Me quedo unos segundos pensando, y en vez de ir al salón, me acerco a donde empiezan las escaleras para el sótano que hay en la pared de mi derecha, y bajo al estudio de Pablo.

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